Amor a tres: Una sesión inolvidable con Luna, Marta y Diego
Hay sesiones que te roban el corazón desde el primer clic, y esta fue una de ellas. Marta y Diego me contactaron porque querían inmortalizar su historia de amor, pero con un detalle especial: Luna, su pitbull terrier, es una parte inseparable de su familia. No querían unas fotos convencionales, sino imágenes que captaran la esencia de su relación, con toda la energía y cariño que los une.

Desde el primer momento, supe que esta sesión sería única. Nos fuimos a un parque al atardecer, un lugar donde suelen pasear con Luna, para que todo se sintiera lo más natural posible. Mientras ellos caminaban de la mano, Luna correteaba a su alrededor, con esa mezcla de fuerza y ternura que tienen los pitbulls. Lo más bonito fue ver la conexión entre ellos: cómo se miraban, cómo jugaban con Luna y cómo, sin posar demasiado, dejaban que la cámara capturara lo auténtico.
Uno de mis momentos favoritos fue cuando les pedí que simplemente se sentaran en el césped y acariciaran a Luna como si no hubiera una cámara. En ese instante, vi sonrisas genuinas, miradas llenas de amor y una perrita feliz, disfrutando de los mimos de sus humanos. Ahí es cuando siento que mi trabajo tiene sentido: cuando logro congelar momentos así, sin artificios ni poses forzadas.

Al final de la sesión, mientras revisábamos algunas fotos en la cámara, Marta se emocionó. “Es justo lo que queríamos”, me dijo. Y yo no podía estar más feliz de haberles dado ese recuerdo para siempre.
Si algo aprendí de esta sesión es que el amor no entiende de etiquetas. Puede ser entre dos personas, entre una familia y su perro, o simplemente en los pequeños gestos del día a día. Y si hay algo que me gusta de mi trabajo, es poder capturarlo para que nunca se olvide.
📸✨ Si tú también quieres una sesión así con tu compañero peludo, ¡hablemos! Me encantará contar vuestra historia.